El idioma de los Pitufos nació antes que los propios personajes. La idea surgió durante una agradable velada con el dibujante Franquin. Peyo, señalando el salero, le dijo: «Pásame la... el... ¡el pitufo!».
Y Franquin le respondió: «Cuando termines de pitufarlo, pitúfamelo de vuelta».